sábado, 24 de mayo de 2014

REAL MADRID LOGRÓ LA DÉCIMA Y DEJÓ SIN FESTEJO AL ATLÉTICO DEL CHOLO



Como el sábado pasado, tuvo la gloria en sus manos el Atlético de Madrid de Diego Simeone, pero, en esta ocasión, se le escapó. El festejo se le escurrió cuando quedaba muy poco para volver a extender los brazos al cielo y festejar, ya que Sergio Ramos, en el tercer minuto de descuento, le daba al Real Madrid el empate parcial que a la larga le permitió quedarse con su décima Copa de Campeones. Y en el alargue, golpeado y sin piernas, el equipo colchonero sufrió la potencia de Di María, que gestó el 2-1 que puso Bale, el zurdazo de Marcelo, que amplió la ventaja, y el panal de Cristiano Ronaldo, que coronó la goleada 4-1.
Como el partido que definió la Liga de España a su favor, la final de la Copa de Campeones, en Lisboa, comenzó complicada para el Atlético de Madrid de Diego Simeone. Es que antes de los 10 minutos de juego, ante Real Madrid, Diego Costa, que llegaba al cotejo con lo justo, debió dejarle su lugar en la cancha a Adrián. Lo mismo le había sucedido al brasileño-español ante Barcelona.
En cuanto al juego, en los primeros 20 minutos no hubo más que fricción y poca precisión sobre el césped del estadio Da Luz. Real Madrid no podía impooner su juego de pases cortos, directos, verticales y al ras del suelo. En ese contexto, al equipo de Simeone no se lo veía incómodo.
Unos 25 minutos hubo que esperar para que haya algo de emoción. Que tampoco fue mucha. Un desborde de Adrián, por izquierda, terminó en un centro que Sergio Ramos pifió a la hora de despejar y envió la pelota al tiro de esquina. A partir de ahí, subió la temperatura del partido, cuando Gabi bajó de atrás a Di María cerca del área del Atlético. El tiro libre que devino de la falta, que pateó Cristiano Ronaldo, fue contenido por Courtois, sin dar rebote. Antes de la ejecución de la falta, Sergio Ramos, que se pecheó con Gabi, vio la amarilla, como también el capitán de los de Simeone. Por un error en la salida de Tiago casi marca Bale, pero su zurdazo fue defectuoso y no halló arco. Cuando parecía que Real Madrid comenzaba a ostentar cierta superioridad, como el sábado pasado, apareció el uruguayo Diego Godín, quien parece estar llamado a ser protagonista de este presente grande del Atlético de Madrid. Iban 36 minutos cuando el central uruguayo sacó provecho de una salida en falso de Iker Casillas y con un cabezazo desató la alegría del público colchonero.
A partir de la ventaja, Atlético conseguía que se juegue lejos de su área y por el juego aereo tuvo un aoportunidad de aumentar, pero el cabezazo de Adrián tras un tiro de esquina desde la derecha salió algo alto.
En el inicio de los segundos 45 minutos, como contra Barcelona la semana pasada, Atlético salió a presionar bien arriba. Antes de los 5 minutos, un zurdazo de volea de Raúl García, tras centro de Koke, se fue muy alto. Pudo igualar el juego Real Madrid con un tiro libre de Cristiano, tras una nueva falta a Di María, una sujeción de Miranda, pero Courtois resolvió con su seguridad habitual el remate. Pasados los 15 volvió a sufrir el Aleti, cuando Cristiano, por poco, no alcanzó a cabecear la pelota luego de un centro de Sergio Ramos.
Corrían los minutos y la desesperación de Real Madrid crecía. La estrella de Cristiano no brillaba y en algunas acciones d Di María tenía sus momentos de mayor desequilibrio, pese a que las zozobras en el fondo del Atlético no eran muchas. Sí padeció dos zurdazos de Bale. El primero, desde afuera del área, se fue cerca del poste izquierdo de Courtois. El segundo fue un puntazo cuando debía tirar un centro atrás, y ni siquiera inquietó al arquero belga.
Parecía un hecho que Atlético se quedaría con la Copa, pero en el tercer minuto de descuento, Sergio Ramos puso la cabeza y el empate para que Real Madrid. El central quedó solo y con un remate inatajable para Courtois llevó el partido al alargue.
El primer tiempo suplementario no dejó mucho para contar, pero en el inicio del segundo, una espectacular corrida de Di María por izquierda comenzó a darle la ansiada décima orejona al Real. El jugador de la Selección desbordó, se sacó a dos zagueros de encima y el rebote de su zurdazo le cayó en la cabeza a Bale, que puso el 2-1. Y ahí se acabó la ilusión colchonera. Llegaron el tercero del equipo blanco, por un zurdazo de Marcelo; y el cuarto, que decoró la goleada, de la estrella que no había brillado, Cristiano Ronaldo de penal. Luego del cuarto, Simeone fue expulsado por entrar a la cancha a pelearse con el central francés Varane.
Más allá de la derrota, como una semana atrás cuando terminó aplaudiendo al público del Camp Nou, Simeone repitió lo mismo con la gente que llenó el estadio Da Luz. Y su imagen y la de los suyos, pese a la derrota, no difiera de la que la semana pasada lo mostró campeón.

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