lunes, 26 de mayo de 2014

REELECCIÓN INDEFINIDA, FIGURA INÉDITA PARA LA HISTORIA ECUATORIANA

Permitir la reelección indefinida en Ecuador no tiene antecedentes en la historia, como prueban las 20 constituciones que ha tenido el país. El tema abre la discusión sobre si favorecer la estabilidad económica, social y política a largo plazo, confiar la decisión a la voluntad popular o fijar mecanismos para limitar la acumulación del poder y ejercer control político, según expertos.

“Sería la primera vez que se establezca una reelección indefinida. De las 20 constituciones, en unas la reelección era después de un período, en otras después de dos”, explicó el historiador Juan Paz y Miño.


La política ecuatoriana se ha caracterizado por una lucha política ‘muy dogmática’ como la de conservadores y liberales en el siglo XIX y, más tarde, con la idea de que un presidente se diferenciaba de su antecesor cambiando todo. Ello impedía en la práctica cualquier posibilidad de continuidad, señaló.


Al revisar solo las últimas 4 constituciones (1967, 1978, 1998 y 2008), la figura de la reelección presidencial varió mucho.


La del 67 fijó la reelección únicamente después de 4 años de terminado el período. En la del 78 se prohibió expresamente la reelección para ese cargo. La del 98 retomó la idea de esperar un período para buscar la reelección y es en la Constitución de Montecristi en la que se incluye, por primera vez, la reelección inmediata.


Ahora se daría otro paso con la propuesta de enmienda constitucional para permitir la reelección indefinida para todos los cargos de elección popular. La iniciativa recibió el sábado el apoyo del presidente Rafael Correa, aunque no confirmó su intención de postularse cuando acabe su mandato en 2017.

“El primer debate sobre la enmienda constitucional debe ser antes de octubre”, señaló Alexis Mera.
Los bloques de Alianza PAIS (AP) y el Partido Socialista formalizaron el jueves y viernes, respectivamente, sendas propuestas para enmendar la Constitución como lo establece el artículo 441. Para ello, la propuesta debe tratarse en la Asamblea Nacional en 2 debates (el segundo sería 30 días después de transcurrido un año del primero) y requerirá el respaldo de las 2 terceras partes de los miembros de la Asamblea, lo que no sería difícil dado que el bloque oficialista reúne a 100 de los 123 asambleístas.


El secretario Jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo el sábado que esperan que el primer debate se efectúe “antes de octubre”.


Antes, la propuesta se enviará a la Corte Constitucional para su pronunciamiento.


“Independientemente del actual presidente, se necesita un período de larga estabilidad para afirmar cambios sociales y económicos”, opinó Paz y Miño, quien destacó que, a diferencia de otras épocas, hoy “una amplia mayoría puede expresarse y la decisión sobre si el mandato de un presidente se prolonga en el tiempo o no, viene muy legitimada con la votación popular”, como ocurrió el 23 de febrero.


Esa visión es respaldada por el catedrático de la Universidad Católica de Guayaquil y experto constitucionalista Xavier Rodas, para quien la propuesta “no tiene afanes de carácter dictatorial ni quebrantamiento de la voluntad soberana. El principio democrático sigue subsistiendo, porque es la ciudadanía la directamente consultada”.


Por su parte, Farith Simon, doctor en Derecho y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, cree que aunque “no existe limitación jurídica para reformar esta norma a través de una enmienda, hay un tema más político: si se llamó a consulta popular para cuestiones importantes, pero menores, como los toros o los casinos, por qué no seguir ese procedimiento para enmendar algo con una trascendencia política tan relevante”.


Simon señaló que en la mayoría de países del mundo la reelección indefinida no está contemplada “por un tema de acumulación del poder, por los riesgos que tiene la permanencia en el tiempo de alguien que está ejerciendo el poder”.


“La reelección es un premio, pero debería ser limitada a un período, máximo dos, porque una democracia sana es aquella que tiene alternabilidad”, enfatizó.


Así también opinó el director del Área de Derecho de la Universidad Andina Simón Bolívar, César Montaño, quien ve en la alternabilidad una característica de la democracia. Además, expresó que es necesario considerar que el mecanismo sería una regla para el futuro, independientemente del Gobierno actual.

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