miércoles, 2 de julio de 2014

DI MARÍA, EL ‘ÁNGEL’ DE LA CLASIFICACIÓN ALBICELESTE A LOS CUARTOS DE FINAL

Ángel di María fue el mejor hombre argentino ante Suiza. Metió el agónico gol del triunfo cuando faltaba un par de minutos para que terminara el partido. El mediocampista es un jugador que conoce la gloria: levantó en mayo la Liga de Campeones de Europa con el Real Madrid.

Está en el mejor momento de su carrera. Lejos quedó su infancia en su Rosario natal, cuando fue canjeado por 26 pelotas. “Hoy (ayer) dimos la vida. Sabíamos que iba a ser complicado. Todas las eliminatorias muchos ganan en tiempo extra o por penales.

Dejamos el alma y nos vamos como vencedores, porque hicimos las cosas muy bien”, dijo Di María apenas terminó el partido, en el cual Argentina ganó 1-0 a Suiza y pasó a los cuartos de final. Todavía agitado, después de los 120 minutos, Di María explicó: “Intentamos jugar siempre, nunca nos desesperamos.

Tuvimos solo un error en el primer tiempo, cuando le dejamos un mano a mano a ‘Chiquito’ (Romero), pero después supimos manejarlo durante el partido”. Pese a ser el jugador con más partidos disputados, por haber jugado con Real Madrid hasta fines de mayo, Di María respondió físicamente.

Mostró un amplio despliegue tanto por derecha como por izquierda. Cuando ya muchos de sus compañeros se habían quedado sin aire, Di María se cargó el equipo al hombro. Recibió un pase de Lionel Messi, disparó fuerte abajo y marcó el gol que metió a Argentina en cuartos de final. Así es ‘Angelito’, como le dicen. Corre, va y viene, desborda, lanza centros… mete goles. Pero no está en una cancha, es su casa en Rosario. Tiene solo 4 años y su madre, Diana, no sabe qué hacer con ese flaquito que nunca para. Consulta a un médico, quien le recomienda que el pequeño empiece a hacer deporte.

Eligen el fútbol y la amistad con la pelota siguió para siempre. Hoy, ‘Angelito’ sigue siendo el ‘Flaco’, el ‘Fideo’, otros de sus apodos, y corre como siempre. Sin embargo, esta vez la corrida parece inolvidable y el hombre llegó al Mundial de Brasil como el futbolista argentino de mejor presente, por arriba incluso de Messi, Sergio Agüero o Gonzalo Higuaín. ‘Angelito’ tiene 26 años y está jugando su segunda Copa del Mundo con más credenciales, tras cuatro años que lo marcaron a fuego en Real Madrid.

 Detrás de este ­presente -que llena de ilusión a la Selección argentina- hay una historia de sacrificio, de origen humilde. Ese Di María que va y viene es el mismo en el que Rosario puso el ojo cuando solo tenía 6 años y se lo llevó con la promesa de pagar por él 26 pelotas de fútbol. Es el mismo que llegaba a las prácticas de inferiores en el ‘Canalla’ con las manos sucias de ayudar a su padre, Miguel, a repartir carbón, el negocio que mantenía a la familia. El mismo que en juveniles no jugaba y era hasta tercer suplente.

 El consejo de aquel médico a mamá Diana hizo que ‘Fideo’ diera sus primeros pasos en el fútbol en un club del barrio, El Torito, fundado en 1975, y cuya camiseta es de color naranja en homenaje a la Holanda de 1974. “En mi casa, de tanto jugar rompía todo y mi mamá me llevó a una cancha”, contaba ‘Angelito’ en una de sus primeras entrevistas, tras su debut en Primera, a fines del 2005. Ahora Di María sigue corriendo, está en Brasil con la Selección y con ganas de demostrar lo que hizo en las temporadas que pasaron. “Ahora, lo veo hablando con Mourinho, Ancelotti, Maradona y no puedo creer que ese es ‘Angelito”, se emociona al contar Marcelo Trivisonno, el entrenador quien le dio la chance al jugador de mostrarse en las inferiores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario