jueves, 24 de julio de 2014

EMPLEADOS DENUNCIAN AMENAZAS POR PARTE DE EXPRESIDENTE DE LA SIP PARA EVITAR EL PAGO DE LIQUIDACIONES



Los trabajadores de diario Hoy denuncian amenazas, intimidación, hostigamiento y persecución por parte de su propietario, el expresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jaime Mantilla Anderson.

“Sufrimos persecución debido al temor del señor (Jaime) Mantilla de lo que haga el comité de trabajadores y como saben que tenemos abogados que nos asesoran no quieren que estemos unidos. Te ven a la hora que sales a comer, con quién sales, con quién hablas con quién no hablas, las áreas por las que andas, por qué te quedas más tiempo. Hay una cámaras que antes no había”, dijo indignada una trabajadora de ese medio cuya identidad protegeremos para evitar represalias.

Mantilla se reunió el martes pasado con los trabajadores para decirles que la empresa entró en liquidación y que se irán (los empleados) sin cobrar lo que la ley les otorgaría. “Después de la reunión, las personas estaban llorando porque les quieren pagar 3.000 o 5.000 dólares después de que han pasado 20 o 30 años trabajando aquí, dejando su vida. ¿Usted cree que es justo?”, cuestionó otro obrero de la empresa.

La afirmación de Mantilla fue desmentida por la Superintendencia de Compañías, que no registra a Edimpres –nombre jurídico de Diario Hoy- en proceso de liquidación. “Lo que está haciendo Jaime Mantilla es amenazar a la gente para que renuncie y no pagar todo lo que corresponde por ley”, aseguró uno de los dirigentes del gremio de trabajadores.

La semana pasada, un grupo de ellos llegó hasta el Ministerio del Trabajo para solicitar asesoría y resguardo para sus derechos laborales. “A un compañero que renunció, después de trabajar 30 años, le dio 3.800 dólares de liquidación. ¿Cómo va a ser posible eso, señor?”, comentó un trabajador antes muy cercano a Mantilla y quien ahora está en la orilla opuesta ante la violación de sus derechos.

El propietario de diario HOY, Jaime Mantilla, infló hasta en 200% su verdadero tiraje para engañar a las empresas de publicidad y lograr mayores ingresos por venta de espacios publicitarios, de acuerdo a una investigación revelada por Andes. Antes de ello, Mantilla Anderson decidió sacar de circulación la versión impresa del periódico aunque continúa en su versión digital.

Tres trabajos con un solo sueldo
Los trabajadores de HOY denuncian también explotación laboral puesto que ellos trabajaban para dos empresas más de Jaime Mantilla sin recibir ninguna remuneración adicional. “En Prodedin hacemos revistas, folletos, y no nos pagan nada. El trabajador de Edimpres presta servicios al Metro Hoy, Gedimpo –editora del desaparecido Popular- y Prodedin, y cuando había Hoy TV también trabajábamos para ellos y con el mismo sueldo o sea no nos han pagado ni nada por el estilo”, dijo un obrero de la imprenta consultado por Andes.

Su dueño atribuyó la migración a su versión digital a un supuesto boicot del gobierno ecuatoriano. Sin embargo, el último reporte de publicaciones del rotativo –mayo de 2014- engaña nuevamente a sus inversores y lectores diciendo que imprimía 15.385 cuando en realidad el tiraje no superaba los 5.000 ejemplares.

Los obreros de diario HOY trabajan en condiciones deplorables, según un estudio de seguridad
El informe de seguridad industrial de las instalaciones de Diario Hoy realizado en febrero de este año constató que los trabajadores no disponían de instalaciones y herramientas adecuadas para trabajar.
El documento describe que los empleados no tienen uniformes en buenas condiciones, guantes de seguridad para el manejo de químicos ni el equipo de protección adecuado, lo que implica serios riesgos para la salud y seguridad de los trabajadores.

La intervención también detalla que en el área de prensa la iluminación es escasa, no existen canales de ventilación ni desfogue de gases y la mayoría de casilleros están dañados.  Según la inspección, la empresa ni siquiera cuenta con un botiquín de primeros auxilios, papel higiénico en los baños, extintor contra incendios ni chapas en las puertas.

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