domingo, 6 de julio de 2014
UNASUR: BOTNIA Y LA SALIDA DE BOLIVIA AL MAR
Si no me equivoco, Hugo Chávez, en vida, para tratar de zafarse de la OEA, lanzó la idea de crear un organismo conformado con los países sudamericanos, idea que desde que nuestras naciones obtuvieron su independencia de España no se pudo concretar, pese a los esfuerzos de Bolívar y San Martín. Posteriormente, muchos años después, en busca de, por lo menos, una unión económica, nació la Junta del Acuerdo de Cartagena (CAN, Comunidad Andina), luego Aladi y, por último, Mercosur, organizaciones que han avanzado muy poco en el cumplimiento de sus objetivos.
Brasil, la voz cantante de nuestro subcontinente, logró que en Brasilia se estructure y oficialice el tratado constitutivo el 23 de mayo de 2008; se designó al secretario general y se acordó que la Secretaría General tenga su sede permanente en la ciudad de Quito y el Parlamento Sudamericano en Cochabamba, Bolivia.Este proyecto de integración regional, según su carta constitutiva tiene como objetivo construir de manera participativa y consensuada, un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus integrantes, utilizando el diálogo político, las políticas sociales, para tratar asuntos relativos a la educación, energía, infraestructura, financiación y medio ambiente, entre otros, para eliminar la desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social, la participación ciudadana y fortalecer la democracia.El 24 de octubre de 2011, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) obtuvo el estatus de observador en la Asamblea General de la ONU después de que la Comisión de asuntos jurídicos del organismo aprobara por unanimidad su solicitud de adhesión.En definitiva, la Unión de Naciones Suramericanas tiene como objetivos específicos: el fortalecimiento del diálogo político entre los Estados miembros que asegure un espacio de concertación para reforzar la integración suramericana y la participación de Unasur en el escenario internacional.¿Y su aplicación? Hasta aquí, considero que todo estaba bien, sin embargo, resulta que encontrándose vigente el tratado que conforma Unasur, Perú demanda a Chile ante la Corte Internacional de Justicia alegando que no estaban señalados los límites marítimos entre los dos estados.Por otra parte, Bolivia acaba de hacer lo mismo, demandando a Chile, amparándose en el pacto de Bogotá, alegando criterios de equidad y justicia, sin ningún fondo jurídico para nuestro criterio.En estos días, se anuncia que Argentina volverá a la Corte Internacional de Justicia para demandar o reclamar el incumplimiento del fallo ya dictado sobre el caso del funcionamiento de las papeleras en el lado uruguayo del río que comparten.Para nuestro criterio, Unasur se creó, precisamente, para buscar a través de la negociación entre los Estados partes la solución de los problemas que se presenten entre ellos. El hecho de recurrir a la Corte Internacional de Justicia, cuyos fallos han sido muy discutidos, demuestra la poca fe que tienen los países sudamericanos en su nueva organización. Por ejemplo, en el caso de los reclamos de Ecuador a Colombia, por las fumigaciones en la frontera norte se arregló en base de las negociaciones entre los dos países. Actitud menos costosa y más lógica que irse tan lejos a buscar justicia.Si se ha creado Unasur, creamos en Unasur y recurramos a ella, para que, con criterio sudamericano se arreglen los problemas y conflictos de nuestro subcontinente, sin recurrir a terceros. De lo contrario se quedará Unasur con un bello edificio en Quito, con un nombre de quien no aportó nada para su creación y con una burocracia dorada que se extenderá hasta el infinito, como ha sucedido, con otros organismos similares.
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